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Síndrome postvacacional: qué es y cómo transformarlo en una oportunidad para cuidarte

  • Foto del escritor: Vera Psicología
    Vera Psicología
  • 28 ago
  • 2 Min. de lectura
Síndrome postvacacional: qué es y cómo transformarlo en una oportunidad para cuidarte
Las vacaciones acaban, y con ellas llega el famoso "volver a la rutina"...

Las vacaciones acaban, y con ellas llega el famoso "volver a la rutina". Pero no siempre es tan fácil como suena. Muchas personas experimentan en estos días una mezcla de desánimo, irritabilidad o fatiga mental que va más allá de la pereza de madrugar. A veces, lo que sentimos al final del verano nos está diciendo algo más profundo.

Si estás en ese punto en el que notas que algo no termina de encajar, que necesitas hacer un cambio o simplemente parar a escucharte, este puede ser tu momento


El síndrome postvacacional: ¿qué es y por qué ocurre?


No es una enfermedad, pero el síndrome postvacacional puede afectar al bienestar emocional de forma muy real. Suele aparecer en los primeros días tras volver al trabajo o a las responsabilidades cotidianas, y se manifiesta con síntomas como:


  • Cambios de humor o irritabilidad

  • Dificultad para concentrarse

  • Cansancio persistente

  • Falta de motivación

  • Sensación de vacío o desánimo


Desde la psicología, entendemos que este estado es una respuesta de adaptación: tu cuerpo y tu mente intentan ajustarse al cambio abrupto entre dos ritmos de vida muy distintos. Si durante el año vives con estrés constante, y en vacaciones tuviste un respiro, volver al ritmo habitual puede sentirse como un choque emocional.

Y en algunos casos, esta incomodidad no desaparece en unos días. Puede ser una señal de que algo más profundo necesita atención.


El final del verano: una pausa que deja espacio para sentir


Durante el año vivimos en piloto automático. Obligaciones, prisas, exigencias… y cuando por fin paramos, muchas veces lo que aparece no es solo descanso, sino también emociones que llevaban tiempo calladas: cansancio emocional, frustración, tristeza, sensación de no saber por dónde seguir.

Estas emociones pueden ser una señal de que algo dentro de ti necesita atención y cuidado.


Septiembre es un buen momento para empezar terapia


Tras el parón del verano y justo antes de retomar las rutinas, es habitual que emerjan nuevas emociones, pensamientos o necesidades. Este momento de transición puede ser el impulso perfecto para comenzar un proceso terapéutico.


Mayor estabilidad emocional y de horarios

Tras el verano, retomamos cierta regularidad que permite integrar mejor la terapia en el día a día.


Nuevo ciclo, nuevas intenciones

Septiembre simboliza nuevos comienzos. Es como un "año nuevo emocional" que motiva a tomar decisiones conscientes.


Espacio para revisar tu bienestar

Al haber reducido el ritmo durante el verano, estás más preparado para conectar con lo que realmente estás sintiendo.


Prevención emocional

Empezar terapia ahora puede evitar que el malestar crezca o se cronifique.



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